22/11/12

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Me revienta asombrarme de la necedad de los hombres y de las conductas que ejercitamos. Tanto el individuo como la colectividad se manifiestan con múltiples expresiones de desvarío y de frustración por mor de nuestras conductas, cuyas patologías parecen agravarse en estos tiempos. Es como si se instalara una nube negra en nuestros corazones (cuando nuestra infelicidad nos lo revela a cada uno en la soledad personal) o sobre nuestras cabezas (cuando el desencuentro nos vuelve desagradables y enfrentados con los demás) Este tipo de asombro me hiere profundamente. Irme a dormir con el consiguiente estremecimiento que me causa es un desafío para el sueño, al cual confías una superación cuando haya llegado el día siguiente.  


1 comentario:

  1. Confiemos en esas nubes negras desaparezcan con la noche y levantemos el día con nubes que corren, que se reinventan y dibujan huellas donde poner nuestros pies.

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